Tecno-artesanía

El espectacular desarrollo de las tecnologías digitales está revolucionando tanto el diseño gráfico y de producto, como el mundo de la fabricación, con la incorporación de las tecnologías de control numérico (corte y fresado controlados por ordenador, impresión digital e impresoras 3D). Y al contrario de lo que se piensa, ello está abriendo un universo de posibilidades para la artesanía.

 

Al amparo de la progresiva simplificación y abaratamiento de los microprocesadores y servomecanismos, ha surgido un movimiento muy dinámico, los Fabbers, una especie de DoItYourself (hazlo tú mismo) tecnológico orientado a la exploración y el desarrollo de todas las posibilidades de una fabricación digital, autónoma y descentralizada.

 

Configurados por verdaderos fanáticos de la tecnología (geeks), se han erigido en la vanguardia del “open hardware” (derivado del software libre), entendido como una forma de activismo social, creativo y solidario, a través del desarrollo colectivo y la divulgación participativa de las nuevas tecnologías.


 

Los Fabbers representan, sin lugar a dudas, un nuevo campo dentro de la artesanía (producción autónoma a peque- ña escala, con un elevado componente de creatividad, y control total sobre el producto), situándose a caballo entre la artesanía contemporánea y la creativa. Pero el predominio de una perspectiva basada en la ingeniería y en la informática ha desviado su atención, hasta el momento, hacia el diseño de las propias máquinas (ya se han desarrollado impre- soras 3D de bajo coste), o de objetos mecánicos con un pobre contenido discursivo y estético.

 

Durante los últimos años, sin embargo, han empezado a desarrollar proyectos en colaboración con diseñadores, artesanos y artistas, obteniendo unos resultados espectaculares. En esta línea, y propicia- do por el MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), se está extendiendo por todo el mundo la creación de FabLabs (laboratorios de fabricación), convertidos en un espacio de experimentación técni- ca, conceptual y social en el que convergen creadores de todo tipo en torno a:

 

-el desarrollo de tecnologías digitales más accesibles y sofisticadas.


 

-el diseño de objetos inteligentes que interactúen con los usuarios y con el entorno.

 

-la exploración de nuevas formas de creatividad basadas en algoritmos (diseño basado en pautas de crecimiento biológico).

 

-la materialización formal de realidades intangibles (luz, movimiento, sonido...).


 

-la articulación de metodologías de creación colaborativa (workshops, redes sociales...).

 

Además de las acciones de formación, divulgación e investigación habituales, muchos FabLab ofrecen servicios de producción bajo encargo, facilitando el acceso de estas tecnologías a todo tipo de artesanos y design-makers, lo que unido a la eclosión de webs en las que se venden o intercambian todo tipo de diseños, garantizan su expansión.